Entonces hace falta que escriba
un journal. Con fernandaciones
incluídas, dice Paul. Y hacé lo que quieras pero no tomes merca. Está peor que
nunca, dice mamá y se queda cantando Balada
para un loco mientras Paul, y no Pablo, me regala muchas cosas que trajo
de Londres y ¿cuál querés primero? ¿grande o chica?
yo sabía que te iba a gustar.
Entonces siento que no merezco ni un poco todo esto que estoy viviendo,
y pienso que quiero mucho a la gente que quiero, que amo mucho a la gente que
amo. Escribí sin querer que siento que no me reconozco. Que no mere(cono)zco.
En el avión viajé con Artemio
Cruz; que en verdad era un anciano poco amigable que había pedido kosher como
menú pero no era judío, que había pedido assitance
para que lo pasearan en silla de ruedas -y así saltear la aduana-, pero no era
inválido. Y yo le tenía miedo a tantas cosas que al final me produjeron un vértigo
hermoso que no permití que me dejara
arrastrar con su conversación etílica de kosher con vino blanco. Quería
disfrutar. En silencio. Dicen que los hombres vuelven de la guerra sin nada que
contar. En la narración siempre hay vida, entonces, pienso. Hay al menos un
deseo de vida cuando se narra. Pero qué hago escuchando a un hombre que se hace
pasar por judío, que narra como en una última bocanada desesperada, que se
repite las cosas para que no desaparezcan porque ya se van, ya se van. Porque
la narración de a poco también asesina. La de los barriletes estelares, la de
los empleados públicos y de comercio que (se) mueren mientras escuchan. Porque
todo lo que te mata está hecho de tiempo muerto. No quiero escucharte, no es
ésta una situación de escuchar; estoy mirando cómo se alejan las lucecitas de
buenos aires y pienso Qué linda es buenos aires, una ciudad mujer y yo que
quizás resolví mi complejo de Edipo con ella. Quiero que me perdonen, no quiero
sentirme culpable por no haber escuchado a ese hombre. Quiero que me perdonen,
ese hombre hace 20 años, como se abandona Israel, como se abandona Buenos
Aires, había abandonado a sus hijos.
1 comentario:
Fantástico! :)
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