lunes, febrero 25, 2008

Marco Denevi, "Biografía secreta de Nerón" en Falsificaciones

La clave la proporciona Suetonio en Los Doce Césares, Vida de Nerón Claudio, LI: "Tenía los ojos azules y la vista débil".

Los emperadores, pretendiendo igualarse con los dioses, escondían desesperadamente sus defectos físicos. El pueblo les perdonaba menos una verruga que un crimen. ¡Lo que no habrá hecho Julio Cesar para ocultar su calvicie! ¡Lo que no habrá inventado! Terminó por arrancarles a los senadores una ley que lo autorizaba a usar en forma permanente una corona de laurel. Octavio Augusto se sometió a la tortura de una ortopedia de cañas, que con el pretexto de ser muy friolento ocultaba invierno y verano bajo tres o cuatro túnicas, sólo porque lo aquejaba una leve cojera. A Vespasiano un cómico le hizo, en pleno teatro, delante de todo el mundo, una broma soez a causa de que tenía un rostro siempre congestionado como si estuviera evacuando el vientre.

Nerón, tímido, sensible, amenazado por rivales poderosos, debió mantener en secreto su miopía. En el circo, aislado en su palco, no podía distinguir si los pulgares de la multitud apuntaban hacia abajo o hacia arriba. Los cortesanos lo miraban, aguardando su decisión. Contrariar la piedad del populacho es menos peligroso que contrariar su sed de sangre. Nerón decretaba la muerte de atletas, y así se hizo la fama de cruel.

Exquisito amigo de sus amigos, le gustaba agasajarlos por su propia mano, servirles de comer y de beber. Pero a cada rato equivocaba los frascos, confundía los ingredientes, creía darles vino y les daba veneno. De ese modo estúpido despachó a seres a quienes adoraba. Pero no podía llorarlos, tenía que sonreír con una sonrisa pérfida, hacer creer que era un crimen lo que había sido un error de miope. A sus espaldas todos lo tildaban de asesino.

Cierta vez en la calle, desde una litera, una mujer lo llama con un ademán que él cree insinuante. Corre, la abraza. Entonces descubre que es su madre Agripina. El pueblo, testigo de la escena lo cree incestuoso.

Otra vez le parece ver, entre la muchedumbre, a una joven idéntica a la difunta Popea. Ordena en voz alta que le traigan a esa muchacha. Cuando ella se aproxima Nerón cae en la cuenta de que no es una mujer sino Sporus, un mancebo con los cabellos largos a la moda alejandrina. Pero los cortesanos toman al pie de la letra las palabras del emperador, transforman a Sporus en una muchacha y durante años Nerón se ve obligado a hacerle el amor a ese monstruo.

Lo mismo sucedió con todo el resto: el incendio de Roma, las persecuciones a los cristianos, la larga serie de arbitrariedades, de locuras y de caprichos que Tácito enumera como la obra de un depravado. En realidad fueron equivocaciones de un corto de vista.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

offtopic.
No se si creer lo de 'en reparación' o no, pero es un proyecto que me va gustando.
La sección de links (junto a otras, no he visto todo) explo-t/r-a parte de la posibilidad única de este medio.
Y es interesante 'guiarse' por lo aleatorio y arbitrario (irrepetible y único, ya que estamos).

AB dijo...

¿? no se porqué quedé como anónimo.
Saludos.

fermugica dijo...

Jaja, no sé cómo la encontraste (aunque no era tan difícil). Está en reparación, o en construcción, pero no sabemos si alguna vez va a dejar de estarlo.
Sí, es eso justamente lo que me gusta, explotar la posibilidad de los links y darle lugar a lo aleatorio (pero dentro de ciertos límites).
En algún momento, espero, también va a tener contenido.

Saludos y gracias por pasar!

Anónimo dijo...

ser calvo no es un defecto

let's follow the cops back home