sábado, julio 26, 2008

cómo se desarma una canilla

si de carteles tranquilizantes se trata, me quedo con uno que dice "cerrar con firmeza" y está en la canilla del baño de un lugar al que vamos seguido, porque nos gusta y desde que éramos chicas lo miramos con cariño, capaz por las fotos de ella fitzgerald o el juego de espejos, pero ahora más todavía por la tranquilidad que nos da ese cerrar con firmeza, ese saber que no va a pasarse para el otro lado, que vamos a dar un portazo en otro orden de cosas, o una patada, y ni una gota más, nada más que esa seguridad tranquilizante; y después sacudirnos las manos y salpicar todo el espejo, y que ella (tan rara, tan desconocida, tan boris vian) nos pregunte si queremos una toalla, y decirle que no, que a nuestros rulos les hace bien el agua, que es como aceto balsámico, tan oscura y dulce, tan desintoxicante y sucia, tan plein de vagues, y reirnos, con toda la presión del mundo contenida por algún mecanismo extraño, pero gracias igual, de verdad gracias, cómo te explico que tuviste un gesto tan maternal que casi se me cae una lágrima, que casi me pongo a llorar ahí y te abrazo, pero no, una lágrima no, jamás, mis lacrimales cerrados con firmeza;


y si de carteles que te dicen una cosa y después otra se trata, me quedo con uno del baño de dickens, ese mismo, porque nos está diciendo que cuidado, va a quedar goteando, y en cualquier momento, por cualquier motivo o sin ningún motivo se te va a caer una gota, como cuando esa navidad nos obligaste a salir corriendo para perdernos de vista, y él aullaba, y yo también, convertida en lobo, tratando de mantenerme lejos de mi misma para no venir a destruir mi propia casa, y de qué seguridad me estás hablando, y después llanto, y risa porque la gota cae por cada parte del cuerpo pero adentro es llanto, tanta tensión que necesito que me cierres con firmeza, con tu creer en algo, con eso que nos hace tan distintos, con tu creer que hay canillas que sí, con palabras que resuenan y ojalá la verdad, la razón, ojalá, ojalá le progrès y canillas que sí, cierran.

6 comentarios:

Jerrie dijo...

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Anónimo dijo...

tiene algo de monologo psicotico. prefiero martillazos de conciencia lucida. o por lo menos algunos cambios de ritmo. y las razones del cuerpo, la materia y el instinto, que ahorran mucha tinta a los escritores

Lara dijo...

hola!! nunca había leído tu blog, está muy bueno. hablando de carteles, alguna vez viste el que estaba en la entrada del rectorado? decía: "tome el picaporte, gírelo y abra la puerta", pero más que tranquilizador ese era un poco neurótico.
besos

Oliver Twister dijo...

Tengo que confesar que llegué a este blog solo porque encontré un comentario suyo en el blog de un amigo y viendo la foto con que ilustra su perfil, me pareció Ud. muy bonita y me dió curiosidad ver de que se trataba.
La verdad es que la tengo que felicitar por su forma de escribir. Se que va mucho en gustos, pero a mi me parece cautivante esa catarata de frases que conectan con la anterior pero no necesariamenta con la de dos frases atrás. Es como que más que leer lo que escribe uno estuviera leyendo lo que está pensando, así sin filtro alguno. También hay enorme mérito en conseguir que a pesar de que el relato abruma por lo estético, no se pierde el "tema" o "contenido" que lo inspira. Muy bueno. Tanto este des-borde como el anterior que pude leer. Creo que la voy a visitar seguido.

fermugica dijo...

lara: gracias! ja, el cartel lo veo siempre, y pienso que subestima un poco nuestras capacidades.

oliver twister: gracias!

saludos

Anónimo dijo...

una vez vi esta canción

let's follow the cops back home