miércoles, octubre 05, 2011

Opiniones de un payaso




"No hubiese debido intentar repetir este momento: cuando volvía de casa de Marie a la mía y Leo tocaba la mazurca en el salón de música. Los momentos no se pueden repetir ni comunicar. Aquella tarde de otoño en nuestro parque, cuando Edgar Wieneken corrió los 100 metros en diez segundos y una décima. Lo detuve, con mi propia mano medí la distancia, y esa tarde la corrió en 10,1 segundos. Estaba en plenitud de forma y de condiciones, pero naturalmente nadie nos creyó. Esto fue nuestro fallo, que comenzamos por hablar de ello y después quisimos prorrogar aquel momento. Hubiéramos debido saber ser felices, ya que corrió realmente en 10,1. Después corrió naturalmente su 10,9 y 11,0, y entonces ya nadie nos creyó, se reían de nosotros. Es un error hablar de tales momentos, querer repetirlos es un suicidio. Fue una especie de suicidio el que yo cometí, al oír ahora a Monika por teléfono como tocaba la mazurca. Hay momentos rituales que llevan en sí la repetición: el modo como la señora Wieneken cortaba el pan, pero yo quise también repetir este momento con Marie, por lo que le rogué que cortase el pan como lo hacía la señora Wieneken. La cocina de un piso de obrero no es ninguna habitación de hotel, Marie no era la señora Wieneken; se le escapó el cuchillo, se cortó en el brazo izquierdo, y este resultado nos tuvo tres semanas disgustados. Así de satánico puede resultar el sentimentalismo. Los momentos hay que dejarlos pasar, nunca repetirlos." 

1 comentario:

joaquín c. dijo...

devoluciòn de gentilezas,

yo, por mi parte, no puedo creer lo bueno que es "la vista"; gracias

let's follow the cops back home